Todos los años, hacia octubre, nos preguntamos si la batería del coche funciona bien, si sobrevivirá al próximo invierno y si nos sorprenderá en el momento más inesperado. Las condiciones que reinan en invierno no son buenas para los coches, especialmente para las baterías. La situación se agrava cuando los vehículos pasan el invierno a la intemperie.
Por eso, merece la pena saber cómo cuidar correctamente una batería, cómo repararla en caso de necesidad y la importancia del electrolito.
Una batería es una fuente de energía portátil. Los tipos más populares de baterías que encontramos a diario en diversos dispositivos son las de plomo-ácido, níquel-cadmio, litio-polímero, litio-ion y otras.
Los usuarios de turismos deben familiarizarse en primer lugar con las baterías de plomo-ácido. Son las que más se utilizan en este tipo de vehículos. Suelen tener seis celdas diseñadas para 2 V, para un total de 12 voltios. La batería consta de placas positivas y negativas separadas por separadores sumergidos en electrolito. El electrolito de este tipo de batería es ácido sulfúrico. Los electrodos son de plomo, lo que provoca un peso significativo de toda la batería, pero al mismo tiempo mejora notablemente el proceso de carga y descarga.
Las baterías de coche pueden dividirse en dos tipos: de mantenimiento y sin mantenimiento. La diferencia radica en la tecnología de unión del electrolito. En las baterías de mantenimiento más populares, el electrolito es líquido y puede salirse de la batería. En las baterías sin mantenimiento, el electrolito está sellado con separadores de fibra de vidrio muy porosos y absorbentes, lo que lo hace hermético. Además, las baterías sin mantenimiento son más pequeñas, ligeras, soportan bien los ciclos de carga y descarga y son más respetuosas con el medio ambiente, sobre todo porque no tienen fugas del nocivo ácido. La principal desventaja es, por desgracia, un precio más elevado, lo que hace que se destinen mucho más a coches más modernos que requieren baterías de un diseño especial o, por ejemplo, a coches eléctricos.
Las baterías sin mantenimiento se denominan baterías SLA y no requieren comprobar el nivel y la densidad del electrolito, no necesitan rellenarse con agua destilada y no emiten gases nocivos para el medio ambiente. Sin embargo, hay que tener en cuenta que las baterías sin mantenimiento necesitan recargarse del mismo modo que las baterías de mantenimiento convencionales.
Para mantener los parámetros adecuados y prolongar la vida útil de la batería, deben observarse las siguientes normas: — Mantenga limpia la batería; — Reponga la pérdida de electrolito con agua destilada. — Compruebe la tensión de la batería sin carga, en una batería en buen estado debe ser de unos 12,5-12,7V. — Utilice únicamente rectificadores (cargadores) adecuados de buena calidad para posibles recargas. — Limite el número de colectores de corriente al mínimo necesario La batería se puede cargar directamente en el vehículo o después de quitar la pinza o de extraer la batería del vehículo.
Si la batería falla, se puede intentar reacondicionarla. Esto puede hacerse utilizando la tecnología de carga repetida. El reacondicionamiento de la batería puede hacerse sustituyendo el electrolito cuando está completamente descargada y el sistema se enjuaga con agua caliente. No es infrecuente utilizar el método de carga inversa utilizando una fuente de corriente potente. Otro método de reacondicionamiento es con agua destilada.
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