Con la llegada de la primavera, los propietarios de vehículos empiezan a utilizar su coche con mucha más frecuencia. La nieve y las heladas quedan atrás, lo que significa que ha llegado el momento de preparar el coche para la temporada de verano.
Cambio de neumáticos y equilibrado de ruedas
En primer lugar, hay que «reajustar» las ruedas en función de la estación del año. Esto se hace cuando la temperatura sube de forma constante. Las gomas de verano mejorarán notablemente la suavidad y la maniobrabilidad durante la conducción. Si el coche está equipado con neumáticos para todas las estaciones, puede olvidarse de este punto de la preparación.
Después de desmontar los neumáticos se lavan a fondo y se inspeccionan en busca de defectos. Si todo está en orden, la goma de invierno seca se esconde hasta el próximo invierno. Después de montar los neumáticos de verano, conviene inflarlos y comprobar su presión.
Si el conductor sustituye él mismo los neumáticos, es mejor acudir inmediatamente después a una estación de servicio para que los especialistas comprueben el equilibrado de las ruedas.
Suspensión y dirección
Después del invierno, hay que inspeccionar la dirección y la suspensión. Si se detectan a tiempo los daños en anteras y silent-blocks, se puede ahorrar en reparaciones posteriores.
No hay que olvidarse de comprobar el estado de los cojinetes de los bujes y las juntas. Circular por pozos y baches desgasta el tren de rodaje del coche, por lo que debe revisarse varias veces al año para detectar fallos y defectos.
Aceite de motor y anticongelante
Para confiar plenamente en tu coche, no debes olvidarte de la oportuna sustitución de los líquidos bajo el capó. En primer lugar, se comprueba la etiqueta de la tapa del motor. Esto ayudará a determinar el período de uso del aceite.
Es importante recordar que todos los líquidos se seleccionan de acuerdo con los requisitos del fabricante del coche. Al elegir el aceite, conviene tener en cuenta la clase de viscosidad y sus tolerancias. Para que el coche funcione a pleno rendimiento es necesario vigilar el sistema de refrigeración del motor. Para empezar, se lava el radiador y todas las piezas disponibles.
Es importante comprobar el nivel de anticongelante (el nivel permitido está marcado en el depósito de expansión), el termostato y corregir las averías (si las hay).
Después de las heladas invernales es aconsejable inspeccionar las correas, mangueras y juntas de goma, que suelen agrietarse y deformarse bajo la influencia de las bajas temperaturas.
Comprobación del estado de los filtros
Los especialistas aconsejan sustituir todos los filtros antes de la temporada de verano, si es posible. Así, el filtro de habitáculo y el filtro de aire se cambian en función del kilometraje del coche, y el filtro de aceite — durante el próximo cambio de aceite.
También es necesario comprobar el filtro de combustible, cuya vida útil es de 20-25 mil kilómetros. No se recomienda cambiarlo uno mismo, es mejor confiar este asunto a especialistas.
Diagnóstico en el taller
Después de la autocomprobación, puede acudir a la estación de servicio y comprobar los siguientes puntos
- desgaste de las pastillas, sistema de frenos, si es necesario, cambiar el líquido de frenos;
- suspensión y dirección;
- cinturones del coche;
- radiador, aire acondicionado y sistema de refrigeración.
Antes de la temporada de verano también vale la pena limpiar el interior, el maletero, visitar un túnel de lavado. Si después del lavado se encuentran nuevos arañazos, hay que empezar a pulir el coche, lo que hará que se noten menos.
[yarpp]