En todo el mundo civilizado, las tendencias a abandonar el uso de coches con motor de combustión interna en favor de vehículos eléctricos son cada vez más evidentes. En este contexto, Rusia mantiene su posición de «retrógrado», ya que sus ventas anuales no superan el techo de los 300 coches. Para impulsar las ventas, las autoridades incluso han eximido de aranceles a las empresas que importan coches con baterías de tracción. Si esto contribuirá a popularizar los coches eléctricos en Rusia sigue siendo un misterio.
Supervivencia en lugar de comodidad
Rusia está muy por detrás de los países desarrollados en cuanto a la popularidad de los coches eléctricos. Por ejemplo, en Estados Unidos se vendieron más de 200.000 unidades de este tipo de coches en 2019, mientras que en Rusia solo se vendieron 200 unidades. Desde principios de 2020, las ventas en el mercado ruso se han «hundido» un 23%. Al mismo tiempo, la pandemia mundial no es la razón principal. Incluso en el mercado secundario, las ventas no dan optimismo a los partidarios del transporte ecológico. A pesar de la anulación de los aranceles a la importación de coches eléctricos, no se esperan cambios cardinales que mejoren la situación de los partidarios del transporte ecológico.
Este resultado se debe a varios problemas:
- Para ampliar el parque de vehículos eléctricos es necesario crear la infraestructura adecuada. Esto incluye puntos especializados de recarga de baterías para coches eléctricos, cuyo número debe aumentar de forma radical.
- Una clara desventaja de los vehículos de propulsión eléctrica es el elevado coste de las baterías de tracción. Esto hace que un vehículo tan respetuoso con el medio ambiente sea inasequible para la mayoría de los automovilistas rusos.
- Una clara desventaja de los vehículos eléctricos modernos más populares es la capacidad relativamente pequeña de las baterías de tracción. Por esta razón, tienen una autonomía reducida. En las vastas extensiones rusas, esto es un gran problema. Puedes quedarte atascado en medio de campos o bosques sin esperanza de rescate.
Así pues, actualmente existe un círculo vicioso. Por un lado, la infraestructura de puntos de recarga no se desarrolla debido a que no hay suficientes coches eléctricos en Rusia. Por otro lado, el número de estos coches no crece por esta razón.
Cuándo se demandará el transporte eléctrico
Hoy en día, la parte de coches eléctricos entre el total de vehículos en Rusia es muy pequeña. A pesar de ello, el país no puede quedarse a la zaga de las tendencias mundiales, por lo que la disponibilidad masiva de este tipo de coches aumentará inevitablemente. La industria automovilística rusa difícilmente es capaz de repetir los logros de la empresa Tesla. Sin embargo, algunos intentos de desarrollar sus propios vehículos de tracción eléctrica no se detienen ni siquiera ahora.
Según los funcionarios rusos, la demanda de coches eléctricos entre los habitantes de las grandes ciudades sólo crecerá si se incentiva su uso a nivel estatal. Por otro lado, el experto en automoción Skvortsov cree que la producción en cadena es un proceso bastante complicado. Ni siquiera un fuerte apoyo a la inversión es garantía de éxito. Así lo confirma el proyecto de montaje en serie del coche eléctrico «E-mobile», así como Zetta. A pesar de que el diseño de estos coches no contiene motor ni transmisión, no es fácil establecer su producción en serie.
Además, el factor más importante que determina la popularidad de los coches eléctricos es su coste. Según Anna Utkina, jefa del servicio de prensa de AutoSpecCentre, la demanda crecerá si el precio está económicamente justificado. Además, el factor más importante es la creación de infraestructuras para el pleno uso de los coches eléctricos y el servicio correspondiente. Por otra parte, según las previsiones, se espera que en 2030 hasta el 50% de los coches nuevos utilicen propulsión eléctrica.
Así pues, a pesar de la resistencia a todo lo nuevo por parte de los fabricantes de automóviles rusos y, por supuesto, de las compañías petroleras, el progreso vencerá inevitablemente incluso en Rusia, y los coches eléctricos ocuparán su merecido nicho. La cuestión es cuándo.
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